Esta evocatoria poética no es un homenaje al criticable, mas apasionante derrotero existencial de su autor.
Esta evocatoria es un homenaje a la belleza de la poesía por sobre cualquier frontera político/ideológica. Por que el arte se valora en tanto arte, y no por el accionar que en su vida, fuera del ambiente de las letras, haya desarrollado el hombre que tuvo la capacidad creadora.
La HISTORIA DE MI MUERTE, escrita allá por 1917, tiene la tinta de plumín empleada por don Leopoldo Lugones. Pero este humilde servidor, siente en carne propia el riguroso metal con que estos versos ahondan las lastimaduras del corazón.
HISTORIA DE MI MUERTE, Leopoldo Lugones
Soñé la muerte y era muy sencillo;
una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo,
con una vuelta menos me ceñía
y cada beso tuyo
era un día;
y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche. La muerte era muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose la hebra fatal.
Ya no la retenía
sino por solo un cabo entre los dedos...
Cuando de pronto te pusiste fría
y ya no me besaste...
y solté el cabo, y se me fue la vida.
